
MISMO MÉTODO, MISMO RESULTADO; NUEVO MÉTODO, NUEVO RESULTADO

Dos mil años de iglesia… se ha avanzado, pero si seguimos así, pasarán otros dos mil años sin que podamos ver cumplido el momento cumbre de la misión que inició Jesús: Establecer el reino de los cielos en toda la creación.
Sí, porque mientras en el cielo se hace la voluntad de Dios, hay una pequeña porción del universo donde no se está haciendo: la tierra, nuestra tierra. De todas las cosas que deben suceder antes del retorno de Cristo: terremotos, catástrofes, guerras, rumores de guerra, hambruna, decadencia moral, pérdida de la fe, enfriamiento del amor, etc. hay una sola cosa que es de responsabilidad de la iglesia.
No podemos provocar terremotos ni armar una guerra, pero sí podemos ser testigos del reino a las naciones… entonces vendrá el fin (Mateo 24:14) Y si podemos… debemos. Prepárate para lo que viene, afírmate los pantalones, para las antenas, un rumor del cielo empieza a descender, romperá lo establecido, dinamitará tu teología, tendrás que escoger entre tus amadas creencias y la misión. Me parece escuchar todo lo que se dirá, me parece escuchar tus dudas, pero no te preocupes, no es nada que no haya sido expuesto por Cristo. Si sabes algo de historia ¿recuerdas lo que pasó con Lutero? ¿Recuerdas cuál fue la revelación que lo hizo reaccionar? Una palabra que llevaba años escrita… “el justo por la fe vivirá” Hoy nos parece tan obvio (Porque lo es ¿verdad?), pero no fue así en ese momento.
El redescubrimiento de una verdad, una luz iluminando un espíritu, un flash del cielo derribó un sistema y lo dicho por Dios años atrás se entendió como debía ¡ya lo había dicho!, pero por fin uno lo entendió. Se terminó la oscuridad, un nuevo amanecer para el hombre y para la iglesia, pero 500 años después parece que se necesita nuevamente. ¡Sí, se necesita! He decidido hacer algo radical, tomar toda mi teología evangélica de al menos 35 años, tomar todas mis creencias, tomar todas mis opiniones, tomar todas mis interpretaciones y hacer un solo paquete y despedirme de ellas… chao, fueron lindas, les agradezco, pero no me sirven más. Pero no se preocupen, me sentaré a los pies de Cristo y escucharé de nuevo la historia, porque parece que algo entendí mal. Lo digo así, suavecito, pero la verdad es que creo que todo o casi todo lo entendimos mal. No me tengan compasión. Por amor a Cristo lo pierdo todo, lo declaro basura, porque quiero alcanzar aquello para lo cual fui alcanzado por él. No vaya a ser cosa que tengamos que esperar dos mil años más..
Mayo 2014
Pastor Roberto Aguirre

Hace unos días se celebró en nuestro país el día de la madre… lindo día para homenajear a quien puede llegar a representar la expresión de amor más noble entre los seres humanos. ¡Así es! Un trabajo de madre bien hecho consiste en gestar una criaturita, criarla, educarla, prepararla para la vida de la mejor manera… ¡para que otra(o) se beneficie de su trabajo! Aquí es cuando la madre se convierte en suegra y lo demás es historia conocida.
Tiene sus sinsabores esta función y eso lo supo María, la mamá de Jesús.
Un día, Jesús estaba tan asediado por la gente al punto que no lo dejaban tranquilo ni a su hora de comer por causa de los milagros que realizaba. Estaba siendo protagonista de una efervescencia social tan grande, que no sólo no fue bien vista por el poder religioso, sino también por sus parientes, así que cuando se enteraron dónde estaba fueron a buscarlo. No venían en una buena actitud, es la verdad. Marcos 3:21 (RV60) dice: “Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderle; porque decían: Está fuera de sí.”, la versión NVI es más directa y reemplaza “los suyos”, por “sus parientes” y dice: “Cuando se enteraron sus parientes, salieron a hacerse cargo de él, porque decían: «Está fuera de sí.»” Sus propios parientes no estaban lejos de pensar lo mismo que decían los fariseos: que echaba fuera los demonios en el nombre de Belzebú.
Cuando llegaron a la casa donde estaba Jesús enviaron a llamarlo, no faltó el acomedido que trajo el dato y todos tuvieron que escuchar lo que ninguna madre quisiera escuchar, menos en su día: “¿Quién es mi madre y mis hermanos?”
¿Por qué Jesús tuvo que hacer algo así? Es verdad que ya estaba bien mosqueado con la acusación de los fariseos de que tenía amistad con Satanás como para tener que soportar que su propia familia lo viniera a tratar como un loco, pero no podemos pensar que Jesús haya tenido una reacción visceral e insolente con su madre. Lo que ha sucedido aquí se debe entender solamente a la luz de la plena conciencia que tenía Jesús acerca de la misión que vino a cumplir, el “para esto he venido” con que le responde a sus discípulos (Marcos 1:38), lo explica todo.
Jesús vino a cumplir la voluntad de Dios, no la suya. A los 30 años dejó su casa y los mimos de su mamá, ya no se le vio más llegar a casa de vuelta del trabajo, a la hora de las comidas su puesto en la mesa quedó vacío, por las mañanas su cama no estaba deshecha, su cepillo de dientes es lo único que se llevó… de ahora en adelante sólo reconoce como sus cercanos a los que están en la misma cuerda.
Jesús no saludó a su mamá con una flor en el día de la madre, sino que aprovechó la ocasión para enseñarnos que si no estamos dispuestos a poner en el centro de nuestras vidas hacer la misión que nos encargó, si no somos capaces de decir “para esto he nacido”, poniendo todo lo demás en un lejano segundo plano, no podemos llamarnos sus discípulos, así de simple, así de fuerte.
Mayo 2014
Pastor Roberto Aguirre

MI MAMÁ YA NO ME MIMA
Primero el trabajo y después el placer, primero la confrontación y después el descanso del guerrero. Fuimos convocados por Cristo para cumplir una misión. Cuando dijo “mi Padre aun hoy está trabajando, y yo también trabajo” (Juan 5:17) ¿A qué se refiere? Dios trabajó 6 días y el séptimo descansó ¿En qué puede estar trabajando hoy? Jesús vino a trabajar para recuperar el control de esta parte de la creación, en eso trabaja la Trinidad hoy y para eso reclutó a la iglesia.
En medio del trabajo también hay tiempo para el descanso, pero nada se compara con lo que sucederá en la vida eterna. En ese tiempo Dios mismo secará toda lágrima de los ojos de los hombres, allí ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor… yo quiero estar ahí, pero antes hay que trabajar.
No sacamos nada con pensar al revés, de más buscamos reproducir esos momentos celestiales cuando buscamos a los mega apóstoles con sus mega bandas, sus mega iglesias, sus mega dones… es sólo un poco de fiesta (pan y circo, dijo el amargado) pero el problema es que producen adicción, como estuvo a punto de pasarle a Pedro cuando propuso hacer tres casitas en el monte para quedarse ahí después de ver la transfiguración de Cristo. Menos mal que Jesús lo aterrizó rápidamente… vamos, bajemos al llano, que hay trabajo que hacer… lo que se llama un aterrizaje forzoso.
“Gracias a mis cadenas, ahora más que nunca la mayoría de los hermanos, confiados en el Señor, se han atrevido a anunciar sin temor la palabra de Dios”, dijo Pablo en Filipenses 1:14. Esta es la mayoría que necesitamos, no la queremos ver encerrada en estadios, en éxtasis, levantando ídolos, comprando los libros que se ponen de moda, poleras, tazones y souvenires para llevar de vuelta a casa, consumista, hedonista y descreída. Esa no es nuestra opción.
La mayoría que requerimos debe ser rebelde, audaz e irrespetuosa. Sí, ya se que no nos gusta poner estos calificativos en Jesús, no parecen ser compatibles con su imagen alba, limpia y santa, que es como preferimos verlo, al mismo tiempo que indefenso e inofensivo.
Las cadenas de Pablo animaron a la mayoría de los hermanos para atreverse a hablar sin temor la palabra de Dios ¿Necesitamos mártires? Los tenemos, existen hoy, están en Irán, Nigeria, Corea del Norte, Somalia, Maldivas. No los verás en televisión, no están en Miami, pero su existencia, además de motivarnos a orar por ellos para que su fe no decaiga, nos debe mover a hablar de Cristo ahora más que nunca, para que regrese pronto a parar el escándalo.
Rebeldes, audaces, irrespetuosos, comprometidos, callejeros, diferentes, creativos, con Cristo en el corazón y su palabra en nuestra boca.
“No crean ustedes que he venido a establecer la paz en este mundo, no he venido a traer paz sino pleitos y dificultades”. Mateo 10:34 NVI.
¡Rebelde! ¿O no?
Junio 2014
Pastor Roberto Aguirre
UNA IGLESIA REBELDE
